Elecciones 2007:Quinta sección electoral: El justicialismo con aires hegemónicos ante un radicalismo disminuido
12:40
Tiempo Argentino /Zetavisión / Z Inter Press /Agencia NOVA
Desde la vuelta de la democracia, allá por fines de 1983, los radicales consideraban a la quinta sección electoral bonaerense como “de fierro”. Era uno de sus bastiones y, para que así fuera, mostraba con orgullo una serie de dirigentes que contribuían a esa consolidación: Raúl Alfonsín, por supuesto, pero también Juan Carlos Pugliese, Raúl Espondaburu y Victorio Biscioti.
Entre la dirigencia nueva –jóvenes de entonces que hoy peinan canas– se distinguían el actual diputado nacional Pedro Azcoity; los ex legisladores provinciales José Gabriel Dumón, Héctor Olivera y Miguel Tocci; dirigentes considerados “pesos pesados” como Ángel Roig, Belarmino Martín y Juan José Fioramonti. Pero como nada es para siempre, “el fierro” se debilitó y de aquello apenas si tan sólo queda el recuerdo.
Tanto así es, que con el resonante pase del intendente de Mar del Plata, Daniel Katz, a las filas del kichnerismo, quién sabe si en las elecciones del año en curso el radicalismo de la quinta alcanza a sentar algún legislador en las bancas de 7 y 51 –en esta oportunidad, se renuevan diputados provinciales.
El caso es que en las elecciones de hace cuatro años, con un radicalismo mucho menos desdibujado que en la actualidad, apenas si colocó 3 diputados, en un escrutinio conflictivo en el que no pocos sostienen que el tercero de ellos (Corita Pesqueira) en realidad le había correspondido al ARI, y que este sector lo perdió en el escrutinio definitivo por carecer de fiscales “aceitados” en la materia.
Todo parece indicar, al menos esa es su expectativa, que el Frente para la Victoria podría quedarse con las once bancas en juego. Pero no terminarían allí las desventuras del partido de Leandro N. Alem e Hipólito Yrigoyen. Si las expectativas peronistas no se cumplen, ni siquiera así, quién sabe si el diputado nacional Ricardo Jano –de Lobería– y su par bonaerense Juan Gobbi –Chascomús–, candidatos a legisladores provinciales de la UCR, acceden a tan ansiada jerarquía.
Es que cálculos serios indican que el ARI ha mantenido intacto –e incluso que su alianza con Margarita Stolbizer lo habría redoblado– su caudal de cuatro años atrás. Eso significa que si el peronismo no arrasa con todo, el segundo lugar en las preferencias del electorado podría ser para los seguidores de Elisa Carrió que, en esta oportunidad, apuestan fuerte a Mar del Plata, desde donde son sus dos primeros candidatos a diputados seccionales, entre ellos, el socialista Carlos Nivio, otrora diputado de la Alianza.
La UCR, que alguna vez fue “patrón y sota” de la mayoría de los distritos de la sección, hoy corre con ventajas en alguno de ellos. Puede seguir siendo gobierno, aunque la pulseada será dura, en Chascomús, donde más allá de la antipatía que la intendenta Liliana Denot despierta entre las huestes radicales, se muestra con una buena imagen entre el electorado independiente.
En Castelli, donde Edgardo Larraza lleva las de ganar, el ex edil y actual jefe comunal se convirtió al kichnerismo y dicen que su única posibilidad de perder la tendría con la dupla Fontela y Oronó, provenientes ambos del peronismo. El radicalismo oficial (Santiago Uranga), pocas posibilidades tiene, según los entendidos, de terciar en la disputa.
En General Belgrano, gobernado por el inestable intendente Dardo Auricchio, pueblo en el que desde hace ocho años otra vez se convirtió al radicalismo, las posibilidades electorales se reparten entre Germán Cestona, que es quien mejor mide en las encuestas, y “Bocha” Ienna, un ex radical, experto en temas culturales, hoy candidato de la Coalición Cívica.
Lejos en la preferencia de la gente quedó el farmacéutico Walthamn, que arrastra consigo el lastre de la candidatura del jefe comunal.
En Monte, en cambio, el radicalismo puede dar el batacazo. “Rulli” Iribarne, un histórico de las huestes irigoyenistas, ha conformado un “frente” partidario con posibilidades de éxito. La clave de los radicales para mantenerse unidos en ese distrito, comentan, fue cerrarle la posibilidad de participación a quienes fueran matrimonio político y familiar: Ebe Febles y Gastón Ortiz Maldonado.
Parece ser que ninguno de los dos hizo mucho esfuerzo por lograr un espacio en el firmamento radical pueblerino, teniendo en cuenta que la ex legisladora mujer, se encuentra asesorando a la titular del PAMI, Graciela Ocaña, por lo que todos la suponen en el frente pingüino, y su ex esposo, estaría acumulando suculentos recursos apostando a la soja.
En Dolores, la elección parece será pareja. Hace que sea así la decisión del intendente “Tati” Meckievi de no pelear un nuevo mandato. Así, tres fuerzas políticas corren ahora con posibilidades en esta porfía electoral. Son ellas: el peronismo en sus dos vertientes, Luis Lovari (FxlaV) y Federico Gallastegui (PJ) y junto a ellos Camilo Etchevarren, ex presidente de la UCR y candidato a todo por el radicalismo local, ahora expulsado de sus filas y encabezando la lista de la Coalición Cívica.
Curiosamente el radicalismo oficial lleva como candidato a intendente a quien fuera mano derecha de Stolbizer en el distrito, el contador Gustavo Bianchi, quien tendría pocas chances de entreverarse entre los pesos pesados de la dirigencia dolorense.
Mar del Plata, tradicionalmente el distrito que tracciona mayor número de votos, es una sección dentro de la sección. En esta oportunidad juega todo al Frente kichnerista: Daniel Katz es candidato a diputado nacional y muchos lo dan como ministro de Obras Públicas de la Provincia. Puso a su amigo Sergio Fares como candidato a sucederlo y a su hermano, Carlos Katz, encabezando la lista de concejales de su distrito y, como si ello fuera poco, impulsó y logró colocar a un díscolo de su partido –Gustavo “Tato” Serebrinsky– en un lugar “a entrar” en la lista de diputados nacionales.
Pero eso no es todo: la senadora bonaerense Adela Segarra, una dirigente de muchos votos que aspiraba a ser candidata a intendente, dejó pasar esta oportunidad a cambio de un lugar, también “a entrar”, en el Congreso de la Nación, y sumó a ello en un interesante segundo lugar en la lista de concejales a su hija.
En el Partido de La Costa nadie parece poder pelearle la supremacía a Juan De Jesús, que ahora como candidato a diputado provincial empujó a su hijo, Juan Pablo, a reemplazarlo en el Palacio Comunal.
En Lobería, ni siquiera la candidatura de Ricardo Jano a legislador hace dudar del triunfo peronista en el distrito.
Balcarce, como siempre, seguirá siendo justicialista.
En Necochea, el intendente radical Daniel Molina se convirtió al cristinismo, lo que deja pocas dudas sobre el resultado electoral y otra vez, de la mano de Miguel Lunghi, la UCR puede tener posibilidades de continuidad en Tandil, así como podría reconquistar la comuna en Rauch, el joven radical Mario Ibargoyen. tiempoargentino@gmail.com
Entre la dirigencia nueva –jóvenes de entonces que hoy peinan canas– se distinguían el actual diputado nacional Pedro Azcoity; los ex legisladores provinciales José Gabriel Dumón, Héctor Olivera y Miguel Tocci; dirigentes considerados “pesos pesados” como Ángel Roig, Belarmino Martín y Juan José Fioramonti. Pero como nada es para siempre, “el fierro” se debilitó y de aquello apenas si tan sólo queda el recuerdo.
Tanto así es, que con el resonante pase del intendente de Mar del Plata, Daniel Katz, a las filas del kichnerismo, quién sabe si en las elecciones del año en curso el radicalismo de la quinta alcanza a sentar algún legislador en las bancas de 7 y 51 –en esta oportunidad, se renuevan diputados provinciales.
El caso es que en las elecciones de hace cuatro años, con un radicalismo mucho menos desdibujado que en la actualidad, apenas si colocó 3 diputados, en un escrutinio conflictivo en el que no pocos sostienen que el tercero de ellos (Corita Pesqueira) en realidad le había correspondido al ARI, y que este sector lo perdió en el escrutinio definitivo por carecer de fiscales “aceitados” en la materia.
Todo parece indicar, al menos esa es su expectativa, que el Frente para la Victoria podría quedarse con las once bancas en juego. Pero no terminarían allí las desventuras del partido de Leandro N. Alem e Hipólito Yrigoyen. Si las expectativas peronistas no se cumplen, ni siquiera así, quién sabe si el diputado nacional Ricardo Jano –de Lobería– y su par bonaerense Juan Gobbi –Chascomús–, candidatos a legisladores provinciales de la UCR, acceden a tan ansiada jerarquía.
Es que cálculos serios indican que el ARI ha mantenido intacto –e incluso que su alianza con Margarita Stolbizer lo habría redoblado– su caudal de cuatro años atrás. Eso significa que si el peronismo no arrasa con todo, el segundo lugar en las preferencias del electorado podría ser para los seguidores de Elisa Carrió que, en esta oportunidad, apuestan fuerte a Mar del Plata, desde donde son sus dos primeros candidatos a diputados seccionales, entre ellos, el socialista Carlos Nivio, otrora diputado de la Alianza.
La UCR, que alguna vez fue “patrón y sota” de la mayoría de los distritos de la sección, hoy corre con ventajas en alguno de ellos. Puede seguir siendo gobierno, aunque la pulseada será dura, en Chascomús, donde más allá de la antipatía que la intendenta Liliana Denot despierta entre las huestes radicales, se muestra con una buena imagen entre el electorado independiente.
En Castelli, donde Edgardo Larraza lleva las de ganar, el ex edil y actual jefe comunal se convirtió al kichnerismo y dicen que su única posibilidad de perder la tendría con la dupla Fontela y Oronó, provenientes ambos del peronismo. El radicalismo oficial (Santiago Uranga), pocas posibilidades tiene, según los entendidos, de terciar en la disputa.
En General Belgrano, gobernado por el inestable intendente Dardo Auricchio, pueblo en el que desde hace ocho años otra vez se convirtió al radicalismo, las posibilidades electorales se reparten entre Germán Cestona, que es quien mejor mide en las encuestas, y “Bocha” Ienna, un ex radical, experto en temas culturales, hoy candidato de la Coalición Cívica.
Lejos en la preferencia de la gente quedó el farmacéutico Walthamn, que arrastra consigo el lastre de la candidatura del jefe comunal.
En Monte, en cambio, el radicalismo puede dar el batacazo. “Rulli” Iribarne, un histórico de las huestes irigoyenistas, ha conformado un “frente” partidario con posibilidades de éxito. La clave de los radicales para mantenerse unidos en ese distrito, comentan, fue cerrarle la posibilidad de participación a quienes fueran matrimonio político y familiar: Ebe Febles y Gastón Ortiz Maldonado.
Parece ser que ninguno de los dos hizo mucho esfuerzo por lograr un espacio en el firmamento radical pueblerino, teniendo en cuenta que la ex legisladora mujer, se encuentra asesorando a la titular del PAMI, Graciela Ocaña, por lo que todos la suponen en el frente pingüino, y su ex esposo, estaría acumulando suculentos recursos apostando a la soja.
En Dolores, la elección parece será pareja. Hace que sea así la decisión del intendente “Tati” Meckievi de no pelear un nuevo mandato. Así, tres fuerzas políticas corren ahora con posibilidades en esta porfía electoral. Son ellas: el peronismo en sus dos vertientes, Luis Lovari (FxlaV) y Federico Gallastegui (PJ) y junto a ellos Camilo Etchevarren, ex presidente de la UCR y candidato a todo por el radicalismo local, ahora expulsado de sus filas y encabezando la lista de la Coalición Cívica.
Curiosamente el radicalismo oficial lleva como candidato a intendente a quien fuera mano derecha de Stolbizer en el distrito, el contador Gustavo Bianchi, quien tendría pocas chances de entreverarse entre los pesos pesados de la dirigencia dolorense.
Mar del Plata, tradicionalmente el distrito que tracciona mayor número de votos, es una sección dentro de la sección. En esta oportunidad juega todo al Frente kichnerista: Daniel Katz es candidato a diputado nacional y muchos lo dan como ministro de Obras Públicas de la Provincia. Puso a su amigo Sergio Fares como candidato a sucederlo y a su hermano, Carlos Katz, encabezando la lista de concejales de su distrito y, como si ello fuera poco, impulsó y logró colocar a un díscolo de su partido –Gustavo “Tato” Serebrinsky– en un lugar “a entrar” en la lista de diputados nacionales.
Pero eso no es todo: la senadora bonaerense Adela Segarra, una dirigente de muchos votos que aspiraba a ser candidata a intendente, dejó pasar esta oportunidad a cambio de un lugar, también “a entrar”, en el Congreso de la Nación, y sumó a ello en un interesante segundo lugar en la lista de concejales a su hija.
En el Partido de La Costa nadie parece poder pelearle la supremacía a Juan De Jesús, que ahora como candidato a diputado provincial empujó a su hijo, Juan Pablo, a reemplazarlo en el Palacio Comunal.
En Lobería, ni siquiera la candidatura de Ricardo Jano a legislador hace dudar del triunfo peronista en el distrito.
Balcarce, como siempre, seguirá siendo justicialista.
En Necochea, el intendente radical Daniel Molina se convirtió al cristinismo, lo que deja pocas dudas sobre el resultado electoral y otra vez, de la mano de Miguel Lunghi, la UCR puede tener posibilidades de continuidad en Tandil, así como podría reconquistar la comuna en Rauch, el joven radical Mario Ibargoyen. tiempoargentino@gmail.com
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